theseaspot

Monday, September 06, 2004

The Sea

  1. El poeta



    Un silencio acomodado se abrió sobre su breve sonrisa,
    sobre sus labios,
    labios de aquel que sólo recibe algún alimento maltratado
    en ese cansancio que enmascara sus días de lucha.
    Hombre que, enmascarado entre escamas, sin un atisbo de sordidez,
    pide dádivas a extraños.


    Su nombre es ignoto,
    como su sonrisa pculta;
    que al recibir las monedas contadas que otro hombre le brinda,
    casi sin cuidado,
    acepta.


    Él muestra su mas ansiada armonía
    encontrándose en la ayuda,
    en la ayuda que él mismo brinda sin sentir un porque.
    Sin desgano.


    Éste anciano gime esperanza,
    en una luz que asombra hasta los más despavoridos,
    sintiéndose acompañado en su soledad,
    partiendo sin partir,
    llorando sin gemir aún en el dolor,
    porque él siempre nos acompaña.


    Y sí, aunque no lo sepas aún es Él.
    Nuestra más clara y pacifica claridad de bienestar,
    amándonos eterno y suave,
    él siempre está.

    Y le
    agradezco.

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